Entre Sábanas 1
Después de probar en distintas plataformas digitales como Tinder, Badoo, Happn, Hitwe con encuentros buenos y otros no tanto, creo que voy a desistir de encontrar pareja y me pregunto ¿Dónde estarás? ¿Cuál será tu nombre? ¿Existes?
Recuerdo la primera vez que hice match en Tinder. En la foto de perfil se veía una pelirroja muy sexy, unas curvas y unos ojos verdes que hipnotizan sólo con mirarlos a través de mi teléfono móvil. Su nombre es Vanessa y tiene 28 años, según lo que dice su perfil.
La cita fue pactada el viernes a las 10 de la noche en el bar de PePe´s. Un lugar muy conocido de mi ciudad. Recuerdo que pedí una cerveza para esperarla, estaba muy nervioso, esa fue la primera vez que salía con alguien usando una aplicación móvil. Cuando ya eran las 10:15 pensé que no vendría y me reía sólo de lo estúpido que me veía ahí en el bar, cuando de pronto aparece ella en la puerta con un vestido y tacones rojos, un abrigo blanco, con el cabello pelirrojo suelto, se veía hermosa, pensé que sería una decepción el encuentro, pero al verla parece que la decepcionada será ella.
Le hago una seña para indicarle donde estaba y ella con una sonrisa se acerca a la mesa. En el recorrido que hizo hasta la mesa vi como todos los del bar la miraban con mucho deseo y como no hacerlo, si estaba buenísima.
Cuando llega a la mesa con una amplia sonrisa me dice:
- Hola Daniel ¿Cómo estás? Al fin te conozco.
- Hola Vanessa, muy bien, pensé que no vendrías.
- Por nada me perdería esta cita, sólo que llegó tarde el Uber, disculpa por la espera.
Entramos en una charla bastante animada. Me contó que hace un año que está soltera, ya que había estado en pareja desde los 17 años y que decidió empezar a conocer gente. También me contó de su trabajo, es ejecutiva de venta de seguros y que le va bastante bien.
Después que bebió 4 mojitos, yo 3 whisky´s y dos horas de charla. Pasamos al área chica como diríamos los más futboleros y le digo muy canchero:
- Vanessa, me gustas mucho, creo que las fotos de Tinder no te hacen juicio, me pregunto ¿Qué quieres de esta cita?
- Daniel, mira aún estoy un poco nerviosa por lo que estoy haciendo, no sé si hago bien, pero creo que lo que quiero por ahora es un poco de aventura y sexo.
- ¡Pediré la cuenta!
Después de salir del bar nos fuimos en mi auto directo a "Paraíso Romano" el mejor motel de la ciudad. Entramos a la habitación. Al centro se encontraba una cama grande redonda, estaba llena de pétalos de rosas y las toallas en forma de cisne, el baño todo muy pulcro y con un vidrio de la ducha que da hacia la habitación, una silla de posiciones sexuales, luces y bola disco, sistema de sonido de última generación, además un jacuzzi con hidromasaje, en el frigobar con jugos, agua, cervezas y una variedad de tragos más fuertes, todo lo necesario para una noche muy erótica.
Estoy observando toda la habitación cuando suena el teléfono que está en la mesita de noche a un costado de la cama, nos dan la bienvenida y nos informan del valor de la habitación y de los servicios adicionales con los que cuenta el motel.
Le tomé la mano a Vanessa y la acerco hacia mí y le doy un beso fogoso lleno de erotismo al que ella me rodeo con sus brazos el cuello y respondió con las mismas ganas que yo.
- Daniel, espérame un minuto, voy al baño y vuelvo.
Yo sólo asiento con la cabeza. Los nervios que tengo me tienen las manos muy frías, no puedo creer que me esté pasando esto, ni en mis mejores sueños tendría la posibilidad de haber tenido un encuentro así con una belleza como ella. Me siento en la cama para sacarme los zapatos, me desabrocho el cinturón y los jeans, estoy en eso cuando ella sale del baño solo en bata.
Me acerco a ella y la beso nuevamente. Poco a poco la empiezo a tocar y acariciar, puedo notar sus pechos firmes y los pezones muy erectos, la fragancia de cuello me está embriagando, el sabor de su boca es dulce, le saco la bata y la dejo caer al piso, en eso siento que ella me agarra por encima del pantalón el bulto, eso me excitó mucho.
No fuimos a la cama. Ella me empujo con sensualidad y me dejó acostado de espaldas de un tirón y se acercó como una gata y con una mirada muy erótica, me sacó los botones uno a uno de la camisa, me empezó a besar el pecho y empezó a bajar con sus besos hasta que se encontró con mis jeans, me sacó los pantalones y mi bóxer de un solo tirón, yo a esa altura estaba ya muy duro y con el pene que me explotaba de la excitación.
Me dejó completamente desnudo. Yo en un rápido giro la deje de espadas a la cama y empecé a comerle los senos y los pezones con suaves mordiscos, su sabor y olor me tenían en una especie de trance. Bajé rápidamente hasta el pubis y me di cuenta que estaba completamente depilada, muy mojada y el clítoris hinchado, la visión era alucinante. Cuando probé su sabor me terminó de excitar, le hice sexo oral hasta que llegó a su primer orgasmo, lo supe sólo cuando sentí sus uñas clavándose en mi espalda.
Ella se quedó un momento más en la cama sin decir ninguna palabra, mientras yo fui a llenar el jacuzzi para seguir poniendo más erotismo al encuentro.
Vanessa se incorporó y me abrazo por atrás y me dió un tierno beso en la espalda yo me giro y vuelvo a besarla.
Nos metimos al jacuzzi, el agua está a la temperatura correcta, nos tomamos un trago mientras comienzo a tocarla bajo el agua, empecé a masturbarla, haciendo círculos en el clítoris, ella reaccionó muy bien al estímulo, cerraba los ojos en señal de estar disfrutando de mis manos.
Ella comenzó a besarme y se puso a horcadas sobre mi y empezó a frotar su vagina en mi pene, empezó a hacer movimientos suaves, pero después de un rato comenzó a intensificar el ritmo, tomo mi pene y lo puso en la entrada de su mojada vagina hasta que la penetré, fue muy intensa la sensación y comenzamos a movernos en perfecta sincronía, yo le besaba los senos y ella se movía en un ritmo frenético hasta que tuvo el segundo orgasmo.
Después de componer la respiración, fui el primero en salir de jacuzzi busqué una toalla, le estiré la mano, la levanté y sequé todo su cuerpo y la levanté en mis brazos y la llevé a la cama con nuestras bocas pegadas en un beso muy intenso.
Estando en la cama nuevamente ella se puso en la posición del perrito y me miró con cara de querer más batalla. Me puse detrás y comencé a embestirla con un buen ritmo, la tome de las caderas y fui embistiendo más y más duro, le tome el pelo, le di un tirón sin dejar de bombear cuando sentí que llegaba el momento, ella también lo supo y me dice:
- No te preocupes, tengo puesta la inyección.
Así que seguí hasta que tuve una eyaculacion brutal, era mucha la excitación que tenía contenida.
Después de un tierno beso ella se fue a la ducha y yo la seguí. Estando en la ducha comencé a pasarle el jabón por todo su cuerpo y después de enjuagar su cuerpo ella hizo lo propio, sólo que esta vez ella bajó y me dio sexo oral, mientras lo hacía me miraba fijamente a los ojos, eso fue muy caliente.
Nos fuimos a la cama y nos quedamos dormidos después de tanta actividad y buen sexo.
Ella fue la primera en despertar y me dice:
- Daniel, tengo que irme, mi marido me espera en casa.
- ¿Pero tú no estabas separada?
- Te mentí un poquito, te pido disculpas por eso, pero de verdad me tengo que ir.
Estaba muy enojado por la mentira, pensé que podía tener una relación un poco más larga con ella. El camino de regreso lo hicimos en total silencio, ella sólo me hablaba para darme las indicaciones para llegar a su casa.
Cuando llegamos el marido estaba afuera esperándola y cuando se bajó me dice:
- Gracias Daniel, te voy a dejar una buena puntuación y comentario en Uber.
Me guiñó el ojo, el marido me levanta la mano en forma de saludo y yo me quedé ahí con la boca abierta. El la beso y juntos entraron a su casa.
